¿Qué tienen en común un asesino, el hermano de un tipo que se regenera por obra y gracia de seres del infierno, Liberace y un sastre extraterrestre? La respuesta: Andrew Robinson, el actor que los interpretó a todos y a muchos más.
Robinson nació en 1942 en Nueva York. Su papá murió en la Segunda Guerra y su madre sufrió un colapso nervioso del que nunca se recuperó. El joven Robinson era un candidato a delincuente juvenil. Por suerte el gobierno se hizo cargo y lo envió a una escuela especializada en chicos con problemas. «Y gracias a Dios me enviaron ahí… Esa escuela me salvó el culo. De otra manera, hubiera estado en camino a un correccional de menores», aseguró. Ahí terminó sus estudios y fue a la universidad, Pensaba ser docente. Pero empezó a estudiar teatro como hobby y le gustó.

Como Scorpio, el psicópata (basado en el misterioso y muy real Zodiac Killer) en Dirty Harry enfrentando a Clint Eastwood
Cuando terminó su carrera, se puso a pensar seriamente en seguir su vocación y Ser actor. En 1969 consiguió un pequeño papel de patotero en un episodio de una serie. La mujer que lo eligió lo recordaría después, mientras preparaba el elenco para una película que iba a dirigir Don Siegel y en la que Clint Eastwood iba a dejar de lado su imagen de cowboy. La película era Harry el Sucio (Dirty Harry, 1971) y Robinson sería el rival de Eastwood. En el film era el maniático Scorpio, uno de esos villanos que todos recuerdan. ¿Cómo logró un desconocido como Robinson un rol tan jugoso como el del asesino que se dispone a matar a una persona por día a menos que le paguen cien mil verdes? Para el actor «la naturaleza andrógina del personaje viene del que yo fuera joven, tuviera pelo largo y facciones de nene. Y eso fue exactamente por lo que Siegel me contrató, por ese look, porque pensó que sería único tener a alguien que a pesar de parecer dulce e inocente hace esas cosas horrendas, en vez de contratar a alguien que luce como un matón. Siegel era el mejor. Aprendí más sobre actuar en films de él que de los otros directores con los que he trabajado». Aún hoy, Robinson considera un gran honor haber trabajado en ese film y en el posterior Chailey Varrick (73) y lamenta no haber hecho más proyectos con Siegel. También le encantó trabajar con Eastwood, que nunca se puso en actitud de estrella.
El éxito en el papel de Scorpio resultaría ser un arma de doble filo, porque lo encasillaría en papeles de asesino. «Estaba furioso porque no podía sacudirme esta imagen de maníaco. Incluso me mandaron guiones con frases tomadas directamente de Harry el Sucio». Durante toda esa época apareció en un montón de series de TV como Kojak, S.W.A.T., Kung Fu, Las calles de San Francisco, El increíble Hulk, Los Dukes de Hazzard y Brigada A, El quía agarraba cualquier cosa. Su papel más largo de este período fue en una telenovela llamada Ryan’s Hope, donde durante dos años haría de abogado. Harto del mundo del espectáculo, en 1981 se mudó a un pueblito en California, donde se dedicó a la carpintería y a enseñar teatro en la secundaria local. Cinco años le tomó curarse de «esa enfermedad llamada Hollywood». En 1985, ya repuesto, decidió volver a actuar.
Empezó por el teatro, su medio favorito, logrando una gran actuación en la obra In the Belly of the Beast. Este papel pondría de nuevo en carrera a Robinson. Una carrera donde los papeles bofe serían menos que antes. Lo que no quiere decir que no los hubiera. «Seguro, voy a hacer películas estúpidas para televisión como The Rock Hudson Story (1990) si me pagan un montón de dinero. No soy tonto. Pero es en obras como Belly donde está mi nivel de trabajo. Y tuve unos cuantos de estos, como mi papel en Máscara (Mask, 85) de Peter Bogdanovich.”, Entre esos grandes papeles está el que hizo en Hellraiser (1987), en donde le toca ser el hermano cornudo del tipo que descubre la caja por la que salen los monstruos. «Amé Hellraiser porque en ella voy de ser el héroe a ser un monstruo». También hizo de Liberace en un film para TV, que le pareció divertidísimo. Tuvo apariciones en películas como Trancers 3 (1992) y Chucky 2 (Child’s Play 2, 1991), por nombrar filmes ce esos que nos gustan a todos. También actuó en Cobra (1986), «una de las peores películas que hice”.

Garak, el encantador sastre-espía cardassiano que le dará de comer por años a Robinson. Al menos yendo a convenciones trekkies.
Hasta que le cayó el personaje de Garak, el cardassiano de Star Trek: Abismo Espacial Nueve, tal vez su papel más conocido junto al de Scorpio. Y una interpretación que le encanta, «Es una buena serie, Los guionistas son muy buenos. Créanme, si alguien me hubiera dicho hace diez o quince años. cuando estaba en medio de esa enfermedad de ‘quiero ser una estrella’, que iba a estar en una serie espacial haciendo de un tipo con una máscara de goma, y disfrutándolo, le hubiese dicho que estaba loco. Pero lo amo». Incluso todavía hoy es un asiduo participante de convenciones trekkies y ha escirto una novela de la serie protagonizada por Garak.

La novela sobre Garak que escribió nuestro personaje de hoy. ¿No les dije que iba a seguir morfando con Trek?
Ya sin fantasmas que lo molesten, aceptando que su papel como Scorpio fue lo más significativo que ha hecho, pero a su vez, lo que tapó ciertas cosas en su carrera, Robinson se reconoce como un tipo que vive gracias a la televisión y se divierte con el teatro. Y sabe que tal vez algunas de las personas que lo han visto haciendo de sastre cardassiano lo reconozcan y se pregunten: «Y a éste, ¿de dónde lo tengo?»,
-Roberto Barreiro