Si viste la maravillosa La Marca de la Pantera (Cat People, 1942), te vas a acordar de la siguiente escena: en la fiesta de casamiento de lrena (la chica que se convierte en pantera) aparece una mina con pinta de gato, que la mira fijo y dice solo dos palabras antes de retirarse: «moia sestra», que en serbio-hollywoodense significa “mi hermana”. La mujer que se roba esta parte se llama Elizabeth Russell y la viste más veces de lo que piensas, si eres fan del cine de terror de la década de 1940.
Elizabeth nació el 2 de agosto de 1916, en Filadelfia (Estados Unidos, por si les queda alguna duda). En el colegio secundario se hizo amiga de la futura actriz Rosalind Russell (con cuyo hermano se casó años más tarde). Luego de recibirse consiguió trabajo como modelo y en poco tiempo se convirtió en una de las chicas top. Y, obviamente, comenzó a recibir ofertas de Hollywood.
En 1936 firmó contrato con la Paramount, aunque no estaba demasiado interesada en la idea de volverse actriz. «Llegué a Hollywood sin ninguna ambición porque en realidad despreciaba las películas. Fui sólo porque Rosalind insistió en que lo intentara. Además hacía más dinero modelando, así que la Paramount no me estaba haciendo ningún favor. Cuando me ordenaron ir a una fiesta del productor Adolph Zukor, me quejé amargamente. Tuve una llamada a la mañana siguiente y lo consideré una imposición, A ellos no les importaba mi carácter, a mí no me gustaba el de ellos».
Tras debutar en Hideaway Girl (1936), tuvo un co-protagónico ese mismo año en Girl of the Ozarks. Pero de ahí en adelante su carrera no fue un gran suceso. Paramount no renovó su contrato y por un tiempo Russell volvió a modelar.
Fue otra amiga, la comediante ZaSu Pitts, quien la convenció para que volviera al cine. Después de varios papelitos en comedias con Pitts, en 1942 fue la esposa de Bela Lugosi en 0rquídeas Mortales (The Corpse Vanishes), uno de todos esos films que hizo el ex Drácula en los cuarenta para la compañía Monogram. Ese mismo año, Elizabeth entraría en el olimpo del terror gracias a su pequeño rol en la película La Marca de La Pantera.
Todo empezó en una fiesta. Ahí la actriz conoció al productor Val Lewton, que estaba preparando su primera película de bajo presupuesto, como productor de la compañía RKO. Los rasgos felinos de Elizabeth atraparon a Lewton, que la contrató sin pensarlo demasiado. El éxito del film, y la atención que generó su papel, hizo que Russell comenzara a conseguir roles más seguido dentro del género. Lewton volvió a llamarla para actuar. Con él trabajó en films como La Séptima Víctima (The Seventh Victim, 1943), Youth Runs Wild (1944), Manicomio (Bedlam, 1946) y especialmente en La Maldición de la Pantera (Curse of the Cat People, 1944). En este último, su papel como la mujer que amenaza a la niña protagonista está lleno de sutilezas. La cosa no terminó ahí. Elizabeth también trabajó para la Universal en Amenaza incógnita (Weird Woman, 1944), una de las mejores películas de la serie lnner Sanctum. En El Mandato de Otro Mundo (The Uninvited, 1944) sólo aparece su retrato, que es el del fantasma protagonista. Todo esto le galardonó un seudónimo en la prensa especializada: la Hourí del Horror. Ella, más cínica, ha dicho que era «una Bela Lugosi femenina en un constante estado de zombificación».
Otras películas en las que actuó, fuera del género de terror, fueron Hitler’s Madman (44) y Our vines have tender grapes (45).
Después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, Elizabeth no consiguió más roles (que tampoco habían pasado de ser secundarios en su mejor momento). En vista de que no pasaba nada con su carrera dejó Hollywood. Cambió la pantalla grande por trabajos en radio y algunos pocos en teatro junto a su amiga ZaSu Pitts.
Finalmente se retiró para volver recién en 1960 interpretando un pequeño papel en From the Terrace, película dirigida por Mark Robson, uno de los realizadores que había conocido trabajando con Lewton. Respecto a su carrera la actriz dijo: «Profesionalmente, la encontré muy frustrante y fue la ruina de mi matrimonio. Me consideraba a mí misma un fracaso en las películas, pero mi marido se sintió lo bastante amenazado al verme en la pantalla para comenzar a beber seriamente».
Elizabeth murió en Los Angeles el 2002, a los 85 años de edad. Todavía hoy hay gente que recuerda ese papelito en una película de los cuarenta, que hace que todo el que la vea, se quede mirando preguntándose: «pero yo, a esta mina, ¿de dónde la tengo?»