Autores: Terry Dodson (dibujos) y D.P. Filippi (guión)
Edita: Dolmen, Palma de Mallorca, 2007
Estamos aproximadamente el fin del siglo XIX, principios del siglo XX. Coraline Doucet es una preciosa joven a la que contratan como institutriz de un extraño joven. Vernere aparenta tener no más de 12 años pero es un genio científico, creador de tecnologías “steampunk” fabulosas en su opulenta residencia. También es un tipo con la inteligencia emocional y la empatía de una cucaracha. Aparentemente el objetivo confeso del trabajo de Coraline es que el pendejo logre tener habilidades sociales. O algo así porque el guión no es muy claro. Pero hay un segundo motivo oculto, que tiene que ver con los vívidos sueños de nuestra institutriz, que termina en lugares fantásticos, llenos de personajes que básicamente le quieren bajar la caña y donde , cada dos por tres, termina empelotada.
… Y eso es todo. Este álbum no pasa de amago, de introducción, de prólogo a una serie que no resuelve ni explica nada. El guión de Filippi no da ninguna pista de lo que pasa y sus personajes no se escapan del clisé: la bella inocente, el joven misterioso y sin empatía, el mayordomo libidinoso y voyeur, la criada que es la voz de la sensatez. Mas clisés que personajes. Si vas a buscar un buen guión, ahórrate el trabajo.
Lo que sí es impresionante es el dibujo de Terry Dobson, dibujante yanqui que logra entrar perfecto en el estilo comercial de la historieta francesa. Su trabajo de fondos es cuidadísimo y sus figuras, especialmente la femenina, es simplemente descollante. El erotismo suave de la historia se realza en cada viñeta que Dodson hace, complementado por una paleta de colores muy correcta hecha por Rebecca Rendon. Si no fuera por este dibujo apabullante, este sería un álbum de blandiporno más.