El futuro no es lo que era – Hoy: ¿Llega la television?

Por Angélica Barron

Prologo: Angélica es una fiel lectora del blog, continuamente pasando datos o cosas curiosas para ver si pueden usarse. Como en este caso, al enviar una vieja nota de Selecciones del Reader’s Digest sobre la television cuando recien comenzaba. En vez de darles yo la lata, prefiero copiar y pegar la misiva electronica enviada junto con el artículo (que pegamos al final). Adelante, Angélica…

Hola Roberto: encontré algo que tal vez le pueda ser útil. Se trata de una nota salida en Selecciones del Reader’s Digest, esas revistas antiguas que siempre heredábamos. Más exactamente del número de Septiembre de 1946. Al igual que el artículo que usted subió hace un tiempo sobre los dirigibles (que iban a ser el transporte del futuro) esta nota se ocupa de la televisión, otro sueño del futuro, otra promesa para «después de la victoria».

«¿LLEGA YA LA TELEVISION?» es una nota condensada de «The saturday evening post» sobre la televisión y sus duros, impredecibles y a veces tragicómicos comienzos. Creo que puede interesar a los seguidores de la página, porque, aunque la tele desde que nacimos era tan común como una licuadora, durante muchas décadas fue uno de los sueños de la ciencia ficción y de las novelas «pulp». Mucho antes de que existiera en nuestros livings, existió en las cubiertas pulp. Todos sabemos que desde principios del siglo veinte ya existía como proyecto en fase experimental y que poco a poco fue progresando hasta lograrse algunas emisiones históricas como la que da la bienvenida a las olimpiadas de Alemania en 1939. Pero en este artículo se habla de la lucha por conseguir la televisión como hoy la entendemos, como medio de comunicación realmente masivo, con una tv en cada casa. En fin nuestra «tele» -la que nos hacía volver corriendo a casa, la que satiriza la apertura de «Los Simpson»- era una más de las «promesas para después de la victoria» a la que, recién acabada la Segunda Guerra Mundial, estaban poniendo todo el esfuerzo y las esperanzas en lograrlo, lo que no era en ese momento nada fácil. Tan complicado estaba resultando, que el título del artículo es una interrogación.

En estas páginas se muestran en vivo y en directo (nunca mejor dicho) toda clase de inconvenientes que hacían por demás dudoso su éxito inmediato. Desde el calor infernal que producía (recordemos que en un principio funcionaba con válvulas), haciendo que todo objeto de metal se recalentase al punto de sacar ampollas a quien tomara -por ejemplo- una tetera con las manos y volvía insoportable el ambiente, bañando a todos en sudor y haciendo muy corto el tiempo en que se podía actuar en cámara, a tal punto que los «actores» más utilizados y famosos en ese entonces fueron muñecos. Ellos aguantaban todo el tiempo que hiciera falta y no tenían sindicato… algo que me pregunto es si sirvió de inspiración a Gerry Anderson para sus supermarionation dos décadas después….

Después estaban los receptores enormes y pesados. El peso desmesurado de los aparatos primitivos que superaba todos los cálculos (aquí se cuenta como una exhibición en un teatro estaba resultando muy exitosa hasta que, debido al peso enorme, el aparato se desfondo el piso del escenario y todo el mundo al suelo).

Otro problema eran los constantes errores que se producían al ser todas las transmisiones «en vivo» aun sin grabación y que desembocaban a veces en momentos bizarros muy memorables, como el ocurrido durante el ballet «Carmen» donde una confusión entre el fondo y el vestido de la bailarina protagonista transmitió a los espectadores la imagen de una mujer que bailaba cortada por la mitad… Actores supuestamente muertos en escena que se levantaban antes de tiempo al no poderse «cortar» la transmisión. Televidentes que se echaban hacia atrás al ver un animal peligroso en la pantalla, exactamente como sus abuelos lo hicieron cuando se les «venía encima» el tren de los primeros cortos de los hermanos Lumiere. El precio absolutamente prohibitivo que tenían: si bien todos esperaban que cuando el nuevo medio se masificara, caerían los costos(como siempre ocurre) en ese momento tener un aparato de televisión era una muestra de status tanto o más valorado que poseer una Ferrari. Posiblemente más, por la rareza que suponían en esos años (recordar «Volver al Futuro» y el comentario de la joven madre de Marty Mc Fly:»Nadie en el mundo podría tener mas de un televisor»)

Y, quizá lo peor de todo: el paupérrimo nivel general de todos estos programas primitivos. Aunque poco a poco las  transmisiones iban mejorando, pero pasada la curiosidad inicial…. no había mucho que valiera la pena transmitir. ¿Porque resultaba tan mala la programación? Según se cuenta, porque no era mucho el capital disponible para contratar buenos actores, directores, escenógrafos, músicos, etc. y así mejorarla. Ahora bien, solamente se podía esperar que hubiera más dinero, cuando más personas compraran y miraran televisores, y este nuevo medio se haría más rentable, de lo contrario no mejoraría nunca. Concluyendo entonces que la televisión era tan mala porque nadie invertía y nadie iba a invertir mientras siguiera siendo tan mala. Un círculo vicioso perfecto.

Los pioneros de este medio trabajaron durante varios años a pura pérdida, estaban trabajando así en el momento en que se publica este número de Selecciones. Eran arriesgados visionarios que esperaban el futuro mejor, pero en ese momento no ganaban nada. Muchos críticos del nuevo medio temían que nunca saliera de ese estado -el mismo artículo muestra serias dudas de que en las siguientes décadas la esperada televisión continúe tan estancada como la veían en ese año de 1946. Entre otras críticas (algunas  ingenuas) se decía que ningún trabajador dejaría la radio que permite moverse por toda la casa y continuar con su trabajo, reemplazándola con la tele, que exige estar sentado enfrente. Esto se aplicaba especialmente a las amas de casa: jamás podrían estar sentadas mucho tiempo con todas las responsabilidades del hogar. Hoy podemos sonreírnos pensando en el furor absoluto de los teleteatros de la tarde apenas unos años después.

También aparecen, como siempre que existe una novedad, algunas truchadas risueñas como la promesa de arquitectos y diseñadores de proyectar nuevas viviendas especialmente pensadas para que la televisión pueda ser el centro del hogar.Y (fijese esto) ¡¡¡¡sillones especialmente diseñados para ver el televisor cómodamente!!!… Vamoooos, un sillón lo único que necesita para permitir ver tele es que lo ubiquen enfrente de la tele….

Ahora bien, el aviso que aparece en este mismo número y del que adjunto copia (es la única página dibujada) ,ofrece por contraste un visión super optimista ,verdaderamente eufórica de lo que sería este medio en el futuro. Y por esta vez tuvo razón todo el optimismo del aviso y no la prudente reticencia del artículo. Es sorprendente que los televisores dibujados, como se puede apreciar en la imagen, se parecen muchísimo a nuestros plasmas actuales. El dibujante los hace con pantalla bastante grande (cuando en esos años eran de pantalla muy pequeña, rodeadas de un aparato enorme), los hace muy prácticos y livianos (cuando aún estaba fresco el recuerdo de los voluminosos equipos que reventaban escenarios) y tan cómodos que pueden adosarse fácilmente a la pared. Considera que los precios habrán bajado lo suficiente como para permitir que un restaurante tenga varios aparatos, uno en cada pared cuando en aquella época era dificilísimo adquirir uno. Evidentemente el dibujante del aviso no comparte las dudas del redactor del artículo, sino que tenía la plena seguridad de que todos los inconvenientes desaparecerían pronto.

Bueno, nosotros que vivimos en este siglo y heredamos o conseguimos usadas estas viejas Selecciones ya sabemos lo que paso con los dirigibles y lo que paso con la tele… es mas ,si esta nota viene de los tiempos «pre tele» al menos pre tele masiva, nosotros ya casi vivimos en la era “post tele». Hoy hasta los Simpson están desactualizados, los milenial ya no se pelean por un lugar en el sillón frente a la tv, esta cada uno con su propia pantallita y sus redes sociales. La familia Simpson puesta al día nos mostraría a cada uno por su lado, mirando cosas totalmente diferente, quizá Homero riéndose de los blooper, Lisa buscando el National Geographic o algo asi, Marge el canal de cocina, Bart algo quizá no apto para niños…

Bueno, ojala le guste, un saludo y gracias por su tiempo!

Ahora les dejamos el articulo completo para que lo puedan leer si les ha llamado la atencion…

…Y si quieren pueden bajar el pdf con este mismo articulo. Solo sigan el link. Y agradézcanle a Angelica por la colaboracion

 

 

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