Un piquete para Walt (2): El tio Walt y los seiscientos enanos

Quien quiera leer la primera parte , solo vaya aqui.

Uno de los protagonistas de esta huelga por venir fue el animador Art Babbitt. Babbitt había entrado en 1933, luego de sus comienzos en los estudios Terrytoons. Se convirtió en el principal desarrollador del personaje de Goofy, además de ganar la reputación de un rápido y excelente animador dentro de la empresa. También era conocido por su fama de seductor inveterado (que recién se calmaría tras casarse con Marge Belcher, la bailarina que sirvió de modelo para Blanca Nieves), algo que no le caía bien en lo personal a su conservador patrón. Otro gran punto de divergencia era el ideológico: Babbitt tenía posiciones políticas claramente delineadas hacia la izquierda. Eso lo motivó en un principio a unirse al sindicato de la empresa.

Art Babbitt, animador y lider sindical

Desgraciadamente, pronto se dio cuenta que estar allí no serviría de nada a la hora de negociar aumentos de sueldo. Sin embargo, intentó actuar como un líder sindical real y fue con un pedido de aumento de dos dólares semanales para los entintadores y pintores. La respuesta de Roy Disney, el hermano de Walt encargado de las finanzas, fue: «Mantené tu nariz lejos de nuestro negocio o te vamos a sacar de acá!”.

Un boletin del sindicato «trucho» de la Disney

Desilusionado, Babbitt comenzó a buscar otro lugar donde afiliarse. Lo encontró en la Screen Cartoonists Guild. Poco después, Babbitt sería uno de los principales reclutadores dentro de la Disney. Para enero de 194]-, había suficientes afiliados a la SCG en el estudio como para reclamar ante las autoridades laborales de Estados Unidos, entidad ante la cual Disney debería negociar las relaciones sindicales con sus trabajadores. Además acusó a la empresa, en un tribunal laboral, de faltas en la forma de contratación de los empleados.

Si tenes creativos huelguistas, salen cosas como esta…

La respuesta de la Disney fue de categórico rechazo ante los pedidos: si bien disolvió su sindicato interno, lo reemplazó… por otro también controlado por la empresa. Y además contraatacó pidiendo una elección para que los empleados eligieran la asociación que querían que los representara. El SCG se negó argumentando que la compañía metería presión para que los trabajadores votaran por el sindicato de la empresa y continuaron con disputa.

Disney con Gunter Lessing, su abogado y uno del os itpos que mas enojó a los huelguistas.

La situación no fue aliviada por la conducta del abogado laboral de Disney Gunter Lessing, quien antes de representar a la compañía había auxiliado legalmente a Pancho Villa, el revolucionario mexicano. Pero eso no lo hacía para nada un tipo de mente abierta. Por el contrario. su posición reaccionaria, sus discursos antisindicales y su actitud sobradora y prepotente ante la situación que se estaba desarrollando lo hizo blanco de duras críticas, incluso de gente que no apoyaba al movimiento sindical. Cuando Lessing fue puesto a cargo por Disney para manejar las relaciones laborales «no pudo hacerse una elección menos sensata». como dijo el animador Seamus Culhane, poniendo en palabras el sentimiento generalizado de los trabajadores.

Un pato enojado

La situación entre la Disney y el sindicato continuó empeorando gracias a los buenos oficios de Lessing y sus cohortes. Art Babbitt fue arrestado por dos policías bajo el falso cargo de llevar un arma ilegal justo el día que tenía una importante reunión con el tribunal laboral. Otros miembros conocidos del SCG también recibieron presiones y aprietes en el trabajo. Como la cosa no paraba, a fines de mayo, la Disney lomó una decisión fatal: echar a 18 de los «agitadores», incluyendo a Art Babbitt. Hubo una reunión de urgencia en el sindicato y se decidió que había que ir a la huelga.

Rodeando el auto del tio Walt

El 28 de mayo de 1941, más o menos la mitad de los empleados de la Disney se encontraban parados en la puerta haciendo un paro, ante la atónita mirada del resto de sus colegas… y la más sorprendida aún de Walt Disney, que no podía creer que su «lugar de trabajo perfecto» estuviera con tantos descontentos. Los demás sindicatos de la zona apoyaron la huelga solicitando un boicot contra los productos de Disney. A pesar de todo, el ambiente en ese primer día era bastante apacible: los huelguistas y los que no la apoyaban se hacían más bromas que insultos, y los carteles (con personajes de la Disney apoyando la medida o poniendo a Disney disfrazado de Blanca Nieves y a sus empleados como los «Seiscientos enanos») hacían que la cosa tuviera mucho de carnaval. Sólo hubo un momento algo tenso, cuando entró Disney en su auto. Mientras avanzaba lentamente hacia la puerta en su Packard en medio de la rechifla, Walt escuchó una voz en un megáfono que decía «¡Ahí está… El hombre que cree en la hermandad para todos excepto para él..! ¡Todos juntos ahora…. BOOOOOOOOOOO…..!!!» Walt frenó en seco, se bajó del auto, se sacó la chaqueta y, muy enojado, se puso a buscar a Art Babbitt – persona que él suponía tras el megáfono- listo para cagarlo a palos. Un guardia lo detuvo y lo convenció de que se metiera en el estudio antes de que pasara algo. Ese fue el único incidente en un día relativamente normal.

Piquetes en los cines. Art Babbit, montonero!!!

Sin embargo, los que pensaban que la huelga terminaría rápidamente se vieron defraudados. Walt rechazó todo intento de mediación y denunció que era víctima de un complot de un sindicato manejado por los comunistas, que intentaban infiltrarse en la industria de Hollywood y usaban a sus empleados como peones inocentes en ese luego. El SCG también endureció su posición ante los ataques y amenazas que recibía diariamente. Los piquetes también empezaron a aparecer frente a cines donde proyectaban películas de Disney. Los huelguistas y los que no lo eran comenzaron a intercambiar insultos. Un día un rompehuelgas atacó con palos contra el piquete (para todo el mundo fue una de las grandes ideas de Lessing), que sirvió para que se sumaran más compañeros a las filas. Un intento para formar una nueva organización sindical leal al estudio fue arruinado cuando un grupo grande de miembros del SCG entró a la fuerza donde se reunían. El resultado fue una pelea gigantesca que paró cuando vino la policía. Y todo esto mientras la prensa seguía con inusitado cuidado los dimes y diretes del problema. La idea mítica del estudio Disney como un lugar creativo e ideal para trabajar, donde todos eran ¡guales, se desvaneció en un instante a partir de esta medida de fuerza.

otro boletin

Y muchos de los desencantados comenzaron a pensar en buscar trabajo en otros lados. Por ejemplo en el departamento de animación de los estudios Columbia que tenía un nuevo jefe: Frank Tashlin. Conocido por su trabajo innovador en los estudios Warner en los 30 (y mucho antes que se convirtiera en uno de los directores de comedia más grandes de Hollywood), Tashlin contrató a muchos de los disconformes empleados de la Disney pata que trabajaran en su estudio. Gente como John Hubley, Zack Schwartz y John McLeish se fueron sin dudarlo. Algunos, como Walt Kelly se volcarían a dibujar para los recién nacidos «comic books» (y posteriormente en las tiras de prensa donde crearía la maravillosa sátira «Pogo»). Otros, como Ray Patterson, terminarían trabajando con William Hanna y Joe Barbera haciendo Tom y Jerry.

(continuara…)

2 comentarios en “Un piquete para Walt (2): El tio Walt y los seiscientos enanos

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