Autor: Estaban Maroto (guión y dibujos) con colaboración de Ramon Torrents, Adolfo Usero, Luis García y Suso
Edita: Glenat, Barcelona, 2011
Cinco terrestres son convocados por infinito, un poderoso extraterrestre, que los recluta para convertirse en sus agentes para traer la paz a la galaxia. Sus misiones los llevarán a aventuras por diferentes planetas, donde deberán hacer lo imposible para desfacer todos los entuertos que hallen, usando sus talentos e inteligencia en ello.
Así descrita, esta serie no parece muy diferente de otras historias de “Space opera” que, de Flash Gordon en adelante, nos mostraron la ciencia ficción como un lugar donde buenos y malos se repartían golpes en ambientes exóticos, con algún aderezo de seudo ciencia en su relato. Y algo de eso hay: bastantes de las historias del volumen podrían califica en esta categoría, con lagartos gigantescos, selvas exóticas y razas de hombre-pez/pájaro/mamífero a elección. Y con protagonistas que muchas veces no escapan del clise (científico inteligente, forzudo intuitivo, chica a rescatar, etc) Y de hecho, la gran mayoría de las historias no ha envejecido bien, con una sobredosis de textos de apoyo y diálogos que hoy suenan poco creíbles al lector moderno.
Entonces ¿qué es lo que hace tan importante a 5 por Infinito, que la convierte en la obra rupturista que fue? ¿Que la volvió un éxito no solo en España, sino en Hispanoamérica, Europa y hasta en USA (donde tuvo su versión americanizada re-dibujada y adaptada por Neal Adams en su sello Continuity, con el nombre de Zero Patrol)? ¿Por qué puso en el mapa internacional a Estaban Maroto?
Creo que hay dos motivos. El primero es que, si bien hay algunas historias deudoras de la antigua tradición de la pace opera, otras tienen conceptos de ciencia ficción más moderna, jugando con alegorías sobre algunos aspectos de la sociedad y el hombre que no estarían fuera de lugar en obras de ciencia ficción más contemporáneas como los comics de género de la EC o Barbarella. Podrán a veces ser alegorías poco sutiles en su tratamiento, hablando de la deshumanización, de la guerra, etc.; pero son un avance frente a las historias más clásicas del género, esas donde chico bueno y rubio se enfrenta a villano extraterrestre malvado.
Y por otro (y más importante aún) por el exquisito dibujo de Maroto. Un dibujo que se abre del realismo raymondiano para incorporar imágenes, fondos texturas y estilos deudores de los prerrafaelistas, los ilustradores decimonónicos del art noveau, el op art y los posters psicodélicos contemporáneos. Todo realizado con un trazo que estiliza y recarga al mismo tiempo. Y que el blanco y negro de esta edición sirve para resaltar en sus hallazgos. En el panorama de la historieta de esos años, el trazo de Maroto es definitivamente revolucionario y aun hoy es una delicia recorrer las páginas, mirando con detalle cada dibujo, cada trazo, cada figura, cada fondo que el autor pone. Mas de una de ellas merecería enmarcarse como obra maestra del dibujo, comparable en calidad a trabajos e ilustradores como Doré, Mucha o Beardsley.
Y la edición de este integral está acorde con el intento: es un libro de gran formato y de papel de alto gramaje, donde la reproducción de las páginas es poco menos que excepcional Eso sin contarlas páginas finales que nos dan una idea del impacto de la serie en todo el mundo, con tapas que reproducen algunas de las diferentes ediciones internacionales (aunque faltó alguna muestra de la versión chilena publicada por Zig Zag). Una edición de lujo que merecía una obra de esta importancia en el comic internacional.