Disney de la A a la Z

Nota: esta nota se pubicó en el Libro de oro de la Cosa allá por el año 2008, si no me equivoco. Fue mi ultima colaboración con la revista.

A de Anticomunismo: A partir de la huelga de 1942, Walt Disney –de por sí un tipo políticamente conservador- se convirtió en un furioso anticomunista. En plena década de 1950 fue un activo miembro (y el primer vicepresidente) de la Motion Picture Alliance for the Preservation of American Ideals (MPA), el principal grupo de presión a favor de la caza de brujas en Hollywood dentro de la industria cinematográfica.

B de Barks, Carl: Si bien trabajó a partir de 1935 hasta 1942 dentro de los estudios de Disney, su mayor contribución a este universo ha sido con su trabajo en las historietas del Pato Donald. Gracias a su creatividad y talento, la Disney tiene hoy a personajes tan jugosos como el Tío Rico, Giro Sin Tornillos, Gladstone, los Chicos Malos, Magica De Spell, los Jóvenes Cortapalos, etc, etc. Un “de nada” no estaría mal…

C de Chouinard Art Institute: Disney comenzó una larga asociación con esta escuela de arte en la década de 1930. Muchos jóvenes animadores salieron de sus aulas y profesores de la escuela dieron clases especiales pagadas por Disney a grupos de animadores de la compañía (algo que ninguna otra empresa animada de esos años hacía). Hoy el Chouinard se ha convertido en el California Institute of Arts (Cal Arts) y sigue teniendo la misma profunda relación con la Disney.

D de David Crockett: Personaje de la frontera americana al que Disney le dedicó tres segmentos de su programa para contar su vida en una serie hecha con actores. Lo inesperado fue la respuesta que tuvo: la cosa creció en 1955 y 1956 para convertirse en una verdadera manía nacional que nadie se vió venir. Un inesperado golazo televisivo de la compañía.

E de EPCOT: Significa Experimental Prototype Community of Tomorrow (Prototipo Experimental de la Comunidad del Mañana). Fue el último gran proyecto de Walt Disney. La idea original era crear una ciudad ideal, donde la gente viviera cómoda usando los diseños arquitectónicos más avanzados de esos años.  Por supuesto, la gente trabajaría para los espectáculos que allí montaría Disney. La muerte de Disney antes que comenzara a hacerse el proyecto hizo que poco a poco, la idea grandiosa se convirtiera en otro más de los parques de atracciones de Disney, inaugurado en 1982.

F de Ferguson, Norm: Nació en 1902 y murió en 1957. Sin ningún entrenamiento formal en animación, llegó a Disney en 1929 desde los estudios Terrytoons. Durante los veinte años siguientes, sería uno de los animadores clave del estudio, el tipo que conformaría el estilo de animación de la compañía, basado sobre todo en los personajes y sus acciones antes que en gags. Creó y dio forma a Pluto, tal vez la mejor expresión de su estilo de animación fluido.

G de Guerra Mundial (Segunda): La Segunda Guerra Mundial trajo infinitos quebrantos económicos a Disney. Incluso antes que Estados Unidos se involucrara en ella, el cierre de los mercados europeos hizo que las ganancias del estudio cayeran… justo en medio de proyectos fastuosos como el de Fantasia. Con la guerra declarada, Disney (un convencido patriota) aportó recursos, tiempo y dinero para ayudar a la propaganda gubernamental… a costos risibles. Estos problemas redundaron en un descenso creativo del que se recuperaría el estudio recién en los años cincuenta.

H de Huelga: En 1942, los empleados de la compañía hicieron una larga y peleada huelga que cambió el espíritu en el interior del estudio. Tras ella, Disney se convertiría en un furibundo anticomunista y los animadores que se fueron del estudio formarían la UPA, el primer gran rival estético (que no comercial) de la Disney. Si quieren saber más sobre ella vayan aqui, aqui y aqui.

I de Iwerks, Ub: Nació en 1900 y murió en 1971. Más que nadie, Iwerks fue la persona que más hizo para que Disney fuera Disney. Un animador de impresionante talento y velocidad, co-creó (y dibujó casi íntegramente en sus primeros cortos) a Mickey Mouse, fue el responsable de la innovadora Danza de los esqueletos (Skeleton Dance, 1929) la primera Silly Simphony y virtualmente fue el estudio Disney en sus inicios. En los años treinta intentaría poner su propio estudio de dibujos animados pero no funcionaría. Volvería en 1940 a la Disney y se encargaría hasta su muerte de inventar efectos ópticos y técnicos para animación (incluyendo el revolucionario uso de la fotocopia para dibujar personajes múltiples). Nunca habló mal de Disney (ni él de Iwerks) pero luego de su partida, no volvieron a ser los amigos que en un principio eran.

J de Jodido: Si bien Walt Disney era una persona que favorecía la creatividad de sus empleados, también podía ser devastador en sus críticas. Además, era un ególatra de cuidado que impedía cualquier desarrollo de una idea que no le gustase, incluso sabiendo que era buena.

K de Kimball, Ward: Nacido en 1914 y muerto en el 2002. Kimball fue uno de los Nine Old Men, probablemente el favorito del propio Disney. A su evidente talento profesional y su gran sentido del humor, se sumaba su capacidad de decir las cosas claras ante todo el mundo incluso al propio Disney, un tipo que no siempre le gustaba ser criticado. Éste toleraba sus exabruptos y le tenía todo el afecto que un tipo tan reservado como era podía demostrar a un subordinado. Su corto Toot, Whistle, Plunk and Boom es una clase de historia de la música resumida en diez minutos y con unos gráficos que no le envidian nada a los de la UPA. Y tenía una banda llamada The Firehouse Five Plus 2 que tocaban jazz la mar de bien.

L de Leyendas Urbanas: No, el cuerpo de Walt Disney no está congelado criogénicamente y enterrado bajo el juego de Piratas del caribe de Disneylandia. Fue cremado dos días depuse de su muerte y enterrado en el cementerio Forest Lawn de Los Angeles. Pero como todo esto se hizo discretamente (a petición del propio Walt), el rumor creció y creció hasta convertirse en la leyenda urbana que todo el mundo conoce.

M de Merchandising: Si bien productos con la imagen de Mickey comenzaron a aparecer desde el comienzo, fue en 1932 que el fenómeno de Disney como generador de merchandising comenzó. Ese año Herman “Kay” Kamen se convirtió en el director comercial de la Walt Disney Enterprises. Con él, el estudio comenzó su política de licencias a nivel global, con ideas vanguardistas para su tiempo. Hoy por hoy, la cosa sigue y sigue sin parar.

N de Nine Old Men: A partir de fines de la década de 1940 hasta su muerte (e incluso varios años a posteriori), este grupo de nueve animadores fueron los consejeros centrales de Disney en todo lo referido a producciones animadas y manejo general de las películas del estudio. Sus nombres: Les Clark, Marc Davis, Ollie Johnston, Milt Kahl, Ward Kimball, Eric Larson, John Lounsbery, Woolie Reitherman y Frank Thomas. Su estilo y forma de trabajar marcarían al estudio hasta bien entrada la década de 1980.

O de Oswald the rabbitt: Creado por Disney e Iwerks en 1927, era básicamente una copia bien hecha del Gato Felix. Su razonable éxito hizo que su distribuidor, Charles Mintz, le pegara una patada en el tujes a Disney para producir con su propio estudio. Disney, en una situación dificil, respondió abriendo un nuevo estudio y creando a Mickey Mouse. Oswald terminó su carrera dentro de los estudios de Walter Lantz, el del Pájaro Loco… pero eso es otra historia.

P de Para leer al Pato Donald: Estudio de Ariel Dorfman y Armand Matelart, publicado en 1971 y que fue un éxito entre la intelectualidad revolucionaria de la época. En él, los autores –usando los modelos de análisis de texto post estructuralistas tan en boga en esos años- explicaban como las historietas de Disney reproducían subrepticiamente los modelos capitalistas y burgueses y hacían que los niños desde chiquitos aprendieran a que el orden establecido era el correcto. Hoy por hoy, dicho discurso ha recibido una cantidad impresionante de críticas, pero como primer ejemplo de libro para enseñar a leer los varios niveles de la cultura pop, tuvo un lugar meritorio.

Q de ¿Quién le teme al Lobo feroz? (Who’s Afraid of the Big Bad Wolf): Canción clave de Los tres Cerditos (Three Little Pigs, 1933) que se convirtió en un hit en ese año entre las audiencias atrapadas en lo profundo de la Gran Depresión. El tono optimista de la canción hizo que la gente se enganchara con ella, funcionando como antídoto optimista en esos años de mierda.

R de Roy Disney: Nació en 1893 y murió en 1971. El hermano mayor de Walt, socio de su compañía desde el inicio y el tipo que llevaba las cuentas. También era el que le paraba la moto a Walt cuando creía que un proyecto era muy caro… lo cual era casi siempre. Roy y su actitud de financista serio y cuidadoso (que no tacaño) era el contrapeso ideal para las geniales pero no siempre económicamente viables ideas de su hermanito. Sin Roy, probablemente Disney se habría fundido.

S de Silly Simphonies: El músico Carl Stalling (que comenzó con Disney para luego terminar siendo e compositor del período clásico de la animación de la Warner Bros) le propuso a Disney comenzar (tras el éxito de Mickey) con una segunda serie animada, esta vez basada no en un personaje sino en temas musicales (generalmente clásicos). La serie de 75 cortos (hechos entre 1929 y 1939) se convertiría en clásica, porque con ella, Disney experimentó en la técnica y en lo formal. La gran mayoría de los Oscars ganados durante esos años vendrían de esta serie. Una de las primeras muestras del interés por experimentar con la animación del tío Walt.

T de Tytla, Bill: Nacido en 1904 y muerto en 1969. Un animador fuera de serie, excepcional incluso dentro del estudio Disney en sus años dorados. O sea el Maradona de la animación. El animó la escena en que la mamá de Dumbo lo hace dormir con la trompa mientras está prisionera (y si no se le piantó un lagrimón viéndola, es un desalmado). El les dio personalidad a los Siete enanitos de Blancanieves. El estuvo tras el impresionante demonio Chernobog del final de Fantasia. Trabajó en la compañía entre 1934 y 1943, cuando se fue, en parte por su apoyo a la huelga de 1941. Una pena: nos hubiera encantado seguir viendo más animaciones de Tytla en los largometrajes disneyanos.

U de UPA: Compañía fundada por algunos de los antiguos empleados de la Disney que habían apoyado la huelga de 1941 (VER H) y que en los años cincuenta se convirtió en la principal competidora de Disney en el favor de la crítica (que no en el negocio). Su uso de la animación limitada, su valoración del fondo como elemento psicológico, su interés en experimentar con cosas nuevas, hizo que por primera vez en décadas, Disney fuera visto como un estudio común y corriente y, por acto reflejo, motivó una cierta renovación temática y estilística en sus producciones.

V de Vanguardia: Disney siempre quiso hacer cosas novedosas  y estuvo siempre a la vanguardia técnica. Suyo es el primer corto animado sonoro, suyo es el primer corto animado a color, suyo es el primer largometraje animado con éxito a nivel mundial, suyo es el uso de documentales animados para explicar la ciencia y la tecnología durante los años cincuenta, suyo es el uso de la fotocopiadora para animar múltiples personajes. Disney arriesgó seguido, pero en general los resultados le dieron la razón.

W de Werner von Braun: Primero fue el tipo que inventó las bombas voladoras V1 y V2 para los nazis. Tras la guerra con su pasado convenientemente blanqueado, fue el hombre clave en el desarrollo espacial de Norteamérica durante los treinta años siguientes. Colaboró junto a sus colegas de la NASA en el desarrollo de la serie de documentales Man in Space que la Disney hizo en los cincuenta para la televisión y que fueron un rotundo éxito.

X de Xerox: Con La Noche de las Narices Frías (101 Dalmatians, 1961) los estudios Disney introdujeron por primera vez la posibilidad de usar la fotoduplicación de personajes similares para producir muchedumbres de manera más rápida. El responsable de adaptar el sistema a la animación fue, por supuesto, Ub Iwerks .

Y de Yen Sid: Nombre del hechicero del segmento “El Aprendiz de Hechicero” de la película Fantasia. Por si no se dieron cuenta, es “Disney” al revés.

Z de Zorro: Nacido en los pulps en 1910, este personaje recibió un nuevo impulso cuando la Disney hizo una serie para televisión, con Guy Williams en el papel de Diego de la Vega. Gracias a ésta, todo el mundo recuerda la personaje y más de un niño fue castigado por dibujar zetas con marcadores indelebles en la pared de su casa mientras vestía con capa y antifaz negro.

Un piquete para Walt (3): El final y lo que vino despues

Tercera y última parte de esta nota que fuera publicada originalmente (años ha) en la revista La Cosa. Para leer la primera parte vayan aquí . La segunda parte, vaya aqui

Para agosto la situación estaba bastante clara: Disney tendría que negociar sí o sí con los huelguistas y aceptar la mayoría de sus condiciones. Pero Walt no era la persona ideal para esto con su carácter temperamental, paternalista y, sobre todo, obcecadamente ciego para aceptar la derrota. Así que el día 17 de ese mes partió en un tour de buena voluntad por Sudamérica, funcionando como una suerte de embajador extraoficial de Estados Unidos (en un momento en que la participación de los yanquis en la Segunda Guerra comenzaba a volverse algo inminente y por eso con necesidad de tener a sus vecinos sudacas en sintonía política), pero que también sirvió como excusa para sacarlo del medio en el momento de negociar. Walt se fue, no sin antes decir en una entrevista que la situación lo había desilusionado y descorazonado.

Walt se hace el gaucho en Sudamérica , en su gira de buena voluntad (que además sirve para que se arregle la huelga con él fuera)

Sin él se llegó rápidamente a un acuerdo donde se consiguieron la mayoría de las condiciones reclamadas. Muchos, inclusive Art Babbitt, fueron contratados nuevamente. Pero en cuanto volvió Disney, la presión interna para sacarse de encima a estos indeseables se hizo notoria y entonces varios empleados buscarían otros lugares donde trabajar (como explicamos más arriba). El propio Babbitt terminaría negociando su renuncia en 1947 y se iría a otro lado.

Saludos Amigos, el resultado de la gira. y un film mediocre de Disney

Las consecuencias de esta huelga repercutirían no sólo en el estudio, sino en toda la industria. Internamente, los estudios Disney perderían a una gran cantidad de gente creadora. Pero sobre todo, el lugar se convertiría en otro estudio de animación más. La mística creadora que movía a la gran mayoría de los artistas que trabajaban allí durante los 30 se perdió irremediablemente. De hecho, los 40 fueron una década terrible. Sus largometrajes post paro, con la excepción de Dumbo (1941), que se terminó con los huelguistas en la puerta, resultaron fracasos- como Bambi (1942) o tibios éxitos en la taquilla. Y lo peor es que después de Bambi y hasta Cenicienta (Cinderella, 195O), los largometrajes serían productos mediocres que no ganarían el aplauso unánime de la crítica (como pasaba antes).

Bambi , otro fracaso comercial (que no creativo) de Disney en los cuarentas

También la ideología de Disney se modificaría sensiblemente por obra y gracia de la huelga. El conservadurismo populista de sus inicios mutaría en un conservadurismo defensor del «status quo» capitalista, rabiosamente anticomunista. No por nada Disney sería uno de los miembros más importantes de la Motion Picture Alliance for the Preservation of American ldeals, el principal grupo dentro de la industria que apoyó la caza de brujas en Hollywood durante los 50. Disney siempre estaría convencido que la huelga de 1941 fue producto de la manipulación comunista. Y actuaría en consecuencia y sin remordimientos más tarde.

Disney ante el Comité de Actividades Antiamericanas en la decada de 1950, denunciando a los bolches que le hicieron la huelga en 1941

Pero tal vez el efecto más grande del paro haya sido la aparición de la United Productions of America, más conocido como el estudio UPA. Fundado y lleno de trabajadores que habían participado del conflicto de 1941, la UPA y su estilo de animación nuevo y osado, donde predominaba el diseño no realista, revolucionó la técnica de una manera que no ocurría desde comienzos del sonoro… cuando Disney y sus primeros cortos de Mickey y las Silly Simphonies cambiaron el lenguaje del dibujo. Ese tal vez sea el resultado más irónico del conflicto: fue el que plantó las semillas de la nueva revolución animada.

en los años 50 la creatividad en animación abandona a Disney y se va a la UPA

Una revolución en la Walt Disney sería sólo un espectador.

Un piquete para Walt (2): El tio Walt y los seiscientos enanos

Quien quiera leer la primera parte , solo vaya aqui.

Uno de los protagonistas de esta huelga por venir fue el animador Art Babbitt. Babbitt había entrado en 1933, luego de sus comienzos en los estudios Terrytoons. Se convirtió en el principal desarrollador del personaje de Goofy, además de ganar la reputación de un rápido y excelente animador dentro de la empresa. También era conocido por su fama de seductor inveterado (que recién se calmaría tras casarse con Marge Belcher, la bailarina que sirvió de modelo para Blanca Nieves), algo que no le caía bien en lo personal a su conservador patrón. Otro gran punto de divergencia era el ideológico: Babbitt tenía posiciones políticas claramente delineadas hacia la izquierda. Eso lo motivó en un principio a unirse al sindicato de la empresa.

Art Babbitt, animador y lider sindical

Desgraciadamente, pronto se dio cuenta que estar allí no serviría de nada a la hora de negociar aumentos de sueldo. Sin embargo, intentó actuar como un líder sindical real y fue con un pedido de aumento de dos dólares semanales para los entintadores y pintores. La respuesta de Roy Disney, el hermano de Walt encargado de las finanzas, fue: «Mantené tu nariz lejos de nuestro negocio o te vamos a sacar de acá!”.

Un boletin del sindicato «trucho» de la Disney

Desilusionado, Babbitt comenzó a buscar otro lugar donde afiliarse. Lo encontró en la Screen Cartoonists Guild. Poco después, Babbitt sería uno de los principales reclutadores dentro de la Disney. Para enero de 194]-, había suficientes afiliados a la SCG en el estudio como para reclamar ante las autoridades laborales de Estados Unidos, entidad ante la cual Disney debería negociar las relaciones sindicales con sus trabajadores. Además acusó a la empresa, en un tribunal laboral, de faltas en la forma de contratación de los empleados.

Si tenes creativos huelguistas, salen cosas como esta…

La respuesta de la Disney fue de categórico rechazo ante los pedidos: si bien disolvió su sindicato interno, lo reemplazó… por otro también controlado por la empresa. Y además contraatacó pidiendo una elección para que los empleados eligieran la asociación que querían que los representara. El SCG se negó argumentando que la compañía metería presión para que los trabajadores votaran por el sindicato de la empresa y continuaron con disputa.

Disney con Gunter Lessing, su abogado y uno del os itpos que mas enojó a los huelguistas.

La situación no fue aliviada por la conducta del abogado laboral de Disney Gunter Lessing, quien antes de representar a la compañía había auxiliado legalmente a Pancho Villa, el revolucionario mexicano. Pero eso no lo hacía para nada un tipo de mente abierta. Por el contrario. su posición reaccionaria, sus discursos antisindicales y su actitud sobradora y prepotente ante la situación que se estaba desarrollando lo hizo blanco de duras críticas, incluso de gente que no apoyaba al movimiento sindical. Cuando Lessing fue puesto a cargo por Disney para manejar las relaciones laborales «no pudo hacerse una elección menos sensata». como dijo el animador Seamus Culhane, poniendo en palabras el sentimiento generalizado de los trabajadores.

Un pato enojado

La situación entre la Disney y el sindicato continuó empeorando gracias a los buenos oficios de Lessing y sus cohortes. Art Babbitt fue arrestado por dos policías bajo el falso cargo de llevar un arma ilegal justo el día que tenía una importante reunión con el tribunal laboral. Otros miembros conocidos del SCG también recibieron presiones y aprietes en el trabajo. Como la cosa no paraba, a fines de mayo, la Disney lomó una decisión fatal: echar a 18 de los «agitadores», incluyendo a Art Babbitt. Hubo una reunión de urgencia en el sindicato y se decidió que había que ir a la huelga.

Rodeando el auto del tio Walt

El 28 de mayo de 1941, más o menos la mitad de los empleados de la Disney se encontraban parados en la puerta haciendo un paro, ante la atónita mirada del resto de sus colegas… y la más sorprendida aún de Walt Disney, que no podía creer que su «lugar de trabajo perfecto» estuviera con tantos descontentos. Los demás sindicatos de la zona apoyaron la huelga solicitando un boicot contra los productos de Disney. A pesar de todo, el ambiente en ese primer día era bastante apacible: los huelguistas y los que no la apoyaban se hacían más bromas que insultos, y los carteles (con personajes de la Disney apoyando la medida o poniendo a Disney disfrazado de Blanca Nieves y a sus empleados como los «Seiscientos enanos») hacían que la cosa tuviera mucho de carnaval. Sólo hubo un momento algo tenso, cuando entró Disney en su auto. Mientras avanzaba lentamente hacia la puerta en su Packard en medio de la rechifla, Walt escuchó una voz en un megáfono que decía «¡Ahí está… El hombre que cree en la hermandad para todos excepto para él..! ¡Todos juntos ahora…. BOOOOOOOOOOO…..!!!» Walt frenó en seco, se bajó del auto, se sacó la chaqueta y, muy enojado, se puso a buscar a Art Babbitt – persona que él suponía tras el megáfono- listo para cagarlo a palos. Un guardia lo detuvo y lo convenció de que se metiera en el estudio antes de que pasara algo. Ese fue el único incidente en un día relativamente normal.

Piquetes en los cines. Art Babbit, montonero!!!

Sin embargo, los que pensaban que la huelga terminaría rápidamente se vieron defraudados. Walt rechazó todo intento de mediación y denunció que era víctima de un complot de un sindicato manejado por los comunistas, que intentaban infiltrarse en la industria de Hollywood y usaban a sus empleados como peones inocentes en ese luego. El SCG también endureció su posición ante los ataques y amenazas que recibía diariamente. Los piquetes también empezaron a aparecer frente a cines donde proyectaban películas de Disney. Los huelguistas y los que no lo eran comenzaron a intercambiar insultos. Un día un rompehuelgas atacó con palos contra el piquete (para todo el mundo fue una de las grandes ideas de Lessing), que sirvió para que se sumaran más compañeros a las filas. Un intento para formar una nueva organización sindical leal al estudio fue arruinado cuando un grupo grande de miembros del SCG entró a la fuerza donde se reunían. El resultado fue una pelea gigantesca que paró cuando vino la policía. Y todo esto mientras la prensa seguía con inusitado cuidado los dimes y diretes del problema. La idea mítica del estudio Disney como un lugar creativo e ideal para trabajar, donde todos eran ¡guales, se desvaneció en un instante a partir de esta medida de fuerza.

otro boletin

Y muchos de los desencantados comenzaron a pensar en buscar trabajo en otros lados. Por ejemplo en el departamento de animación de los estudios Columbia que tenía un nuevo jefe: Frank Tashlin. Conocido por su trabajo innovador en los estudios Warner en los 30 (y mucho antes que se convirtiera en uno de los directores de comedia más grandes de Hollywood), Tashlin contrató a muchos de los disconformes empleados de la Disney pata que trabajaran en su estudio. Gente como John Hubley, Zack Schwartz y John McLeish se fueron sin dudarlo. Algunos, como Walt Kelly se volcarían a dibujar para los recién nacidos «comic books» (y posteriormente en las tiras de prensa donde crearía la maravillosa sátira «Pogo»). Otros, como Ray Patterson, terminarían trabajando con William Hanna y Joe Barbera haciendo Tom y Jerry.

(continuara…)

Un piquete para Walt (1): El lado oscuro del ratón

A principios de la década de 1940, los estudios Disney estaban en su punto más alto, creativamente hablando. Desde que en 1928, Walt Disney creara el primer dibujo animado sonoro con Steamboat Willie e inventara al ratón Mickey, el éxito de la compañía había crecido tanto como la demoledora originalidad que ponían en cada proyecto. La visión de Disney permitió que durante todos esos años, su estudio rompiera y expandiera los límites del dibujo como no se había visto antes. El equipo de animadores que se forjó en esos tiempos, hizo posible generar obras con éxito tanto de crítica como a nivel popular. Mickey, Donald, las Silly Symphonies, los Tres Cerditos, Blanca Nieves y los Siete Enanitos (Snow White and the Seven Dwarfs, 1937), Pinocho (Pinocchio, 1940) y Fantasía (1940) son algunos de tos resultados de ese período fecundo y creativo.

Disney en los treintas: un estudio (aparentemente) feliz

La imagen que en esos años daba el estudio era la de un espacio informal, donde todos podían hablar con Walt y proponer ideas, y en donde se vivía en una atmósfera laboral que potenciaba la imaginación de todo el mundo. Y en parte era cierto: la preocupación por la calidad que demostraba Disney se convertía en más y mejores equipos de trabajo, en el empeño personal de muchos trabajadores para aportar ideas y sugerencias en las reuniones y una búsqueda personal de conseguir el mejor resultado posible en todos los aspectos. Disney era un tipo básicamente accesible y que rebosaba una innegable pasión por la animación y sus posibilidades.

Comiendo en la cantina de los esutdios Disney

En síntesis, la Disney en 1941 parecía ser un lugar ideal para trabajar. Algo que no era cierto.

El Jefazo y su mujer

Para ese momento varios problemas internos y externos estaban poniendo al estudio en tensión, generándose fricciones que poco a poco convergieron en lo que sería Ia huelga.

Poster de Fantasia. Una gran película que dejó un agujero financiero enorme.

En primer lugar, la empresa estaba teniendo dificultades financieras. Por un lado, Fantasía no había sido un éxito de taquilla, con lo que había un hueco de plata bastante grande que cubrir. Además, la guerra en Europa había cerrado mercados y por ende, había menos ingresos. Y esto ocurría con Disney en un momento de crecimiento. El flamante estudio de Burbank permitía albergar cómodamente a la gran cantidad de trabajadores (algo así como mil doscientos) que la compañía tenía en ese tiempo, pero a la vez había ocasionado un gran gasto que ahora estaba costando recuperar.

Los estudios de Disney en Burbank, otro gasto a recuperar en esos años

Esta gran cantidad de empleados también estaba conspirando para que la empresa pudiera funcionar de acuerdo a lo que ellos consideraban que era lo correcto. El principal problema era que la escala salarial en la Disney era un concepto inexistente. Dos personas que hacían el mismo trabajo podían estar ganando salarios muy diferentes uno del otro. Walt era un patrón a la vieja usanza y creía que había que pagar de acuerdo al talento. Con lo que desde el comienzo del estudio había dado premios y aumentos para quienes sentía que lo merecían. El problema era que esto era posible cuando la compañía era relativamente pequeña y Disney {que era un verdadero «control freak») podía conocer personalmente a cada uno de sus empleados. Pero claro, esto no era así por la cantidad de gente que tenía en 1941. Con lo cual este sistema terminaba en ese momento, beneficiando a los tipos más cercanos al jefe, generando resentimientos en los demás. El problema salarial era especialmente duro en los escalones más bajos de la organización. Si bien los animadores y directores ganaban unos sueldos altísimos para la época, sus asistentes. Y los in-betweeners (los tipos que dibujan lo cuadros intermedios entre una posición animada y la otra) podían recibir pagas de subsistencia… además debían entrenar a gente que de entrada ganaba más plata que ellos y que habían sido contratados sólo porque se venía una película y se necesitaban dibujantes a toda costa.

Disney revisando la historia de Fantasia. Como buen control freak que era, nada escapaba a su ojo

Aparte, muchos de estos animadores eran más jóvenes y habían sobrevivido a lo más duro de la gran depresión por su cuenta. A diferencia de los más veteranos del estudio, a los que Disney les había salvado en esos tiempos y por eso le tenían un respeto rayando en la adoración. Estos pibes tenían sus distancias con el tío Walt, a quien consideraban como un «dictador benévolo», que se quedaba con más crédito del debido y no quería que nadie le hiciera sombra.

Ub Iwerks, mano derecha de Disney en los inicios. Se fue a armar un estudio por su cuenta , fracasó y Disney lo recontrató a cambio de que no le hiciera sombra otra vez

Ejemplos no faltaban: cuando Ub lwerks -mano derecha de Disney en sus primeros años- volvió a pedir empleo luego de varios años de andar fracasando de un lado a otro del universo del «cartoon», Disney lo aceptó con brazos abiertos… a condición que no fuera más que empleado. Uno muy bien pago, pero empleado al fin. Nada de lo que habían hecho juntos en sus primeros años -e lwerks había sido fundamental en el éxito del primer Disney- impidió que Walt dejara las cosas en claro, y a partir de ese momento lo tuviera sólo como un asalariado más en la compañía. Sólo Walt Disney era el que decidía las cosas y sólo él merecía el crédito del trabajo de todos.

Disney se preparo para apoyar a la guerra que se venía, aunque con eso se quedaba sin el mercado europeo

Además, el momento político hacia que muchos de ellos tuvieran posiciones progresistas y de izquierda que no le caían bien al jefe, un tipo de pensamiento conservador. Entre esas posiciones divergentes estaba la creencia en la necesidad de tener un sindicato que defendiera sus intereses. Y eso era algo que Walt no podía aceptar. Como buen jefe paternalista, creía que su trato era más que justo con todos y que si alguien tenía una queja tenía que venir a presentársela personalmente (aunque claro, la respuesta podía ser «no, y si no te gusta te podes ir a otro lado»). Eso de que se juntaran para reclamos colectivos era ponerse en su contra de él. Y si algo no le gustaba a Disney era que desafiaran su autoridad.

El del medio es Art Babbitt, el otro protagonista de lo que se venía

Otro factor externo empañaba también esta cuestión gremial. Por esos años los sindicatos de Hollywood se encontraban divididos en dos grupos: unos respondían a una central más poderosa y moderada, pero que se hacía cada vez más notoria su conexión con la mafia y su corrupción. Por otro lado, un grupo de sindicatos disidentes tomaba posiciones más izquierdistas, lo que hacía que mucha gente los acusara de títeres de la Unión Soviética. Justamente. Uno de los organismos que pertenecía a ese grupo era la naciente Screen Cartoonists Guild (SCG), que pretendía representar a todos aquellos que tenían que ver con el dibujo animado, y habían ganado el derecho a representar a los empleados en la MGM y a la gente de la Warner.

La huelga del Screen Cartoonist Guild contra los estudios Fleischer.

Y ahora el turno era mirar a la Disney. En esa búsqueda, se encontró con estos descontentos, que no tenían quien los defendiera: es que el sindicato de Ia empresa era básicamente una entidad apoyada por la patronal y que no tenía poder de negociación colectiva, con lo cual su poder efectivo era nulo. Las cosas estaban listas para estallar. El volcán estaba pronto a mandar todo para arriba. Lo que nadie se esperaba era que eso se convirtiera en Krakatoa.

 

(continuará…)

Walt Disney’s Donald Duck: The Complete Daily Newspaper Comics vol.1 (1938 – 1940)

Autor: Al Taliaferro

Serie: The Library of American Comics

Edita: IDW, San Diego, 2015

Cuando uno piensa en las historietas clásicas de Donald, uno automáticamente piensa en las historietas de Carl Barks. Sin embargo, la primera versión de Donald en el comic fue como tira diaria, dibujada por Al Taliaferro, un tipo que tiene mucha menos chapa que otros de los dibujantes de patos. Y eso es porque, a diferencia de Barks, Don Rosa o Floyd Gottfredson (que con sus tiras diarias de Mickey generó una historieta de aventuras con continuará muy entretenida), Taliaferro nunca escribió historias largas con el personaje, sino que siempre se mantuvo dentro del gag diario. Su Donald es muy similar al de los dibujos animados: gritón, peleador, ventajero, rabioso. La compleja personalidad con la que Barks le dotará en los comic books aquí no se haya presente.

Precisamente uno de los grandes problemas de esta compilación es que con la dependencia del gag, la tira se hace aterradoramente repetitiva. Leer más de doscientas cincuenta páginas de chiste tras chiste tras chiste puede resultar agobiante. Y eso que el dibujo de Taliaferro es de una elegancia notable. Pero la dependencia del gag hace agotador leer el libro. Tal vez lo más interesante sea que aquí, por primera vez, salen los tres sobrinos de Donald, que son básicamente tres pendejos revoltosos (la sutileza de sus personalidades quedará para cunado Barks los use)

Como siempre la edición de la Library of American Comics es impecable, con la suficiente información y con el cuidado adecuado para que sirva de rescate de un autor que no merecía su oscuridad. Eso sí, creo que es más para completistas de Disney.

Nuestro amigo el átomo (parte 1)

scott1070a

…o como Disney hizo que dejáramos de preocuparnos y amáramos la Bomba

“Cuando mucha gente piensa en los átomos, piensa en bombas. Les enseñaremos los ilimitados usos pacíficos de la energía atómica”

(Walt Disney)

Dwight Eisenhower, el presidente yanqui preocupado por le programa Atoms for Peace

Dwight Eisenhower, el presidente yanqui preocupado por le programa Atoms for Peace

 Para mediados de la década de 1950, la paranoia atómica estaba en su máxima expresión. Popularmente, la energía atómica era básicamente reducida a Hiroshima y Nagasaki y todo lo que eso implicaba negativamente. Pensar en usos positivos de la energía atómica era algo impensado para la mayoría de la gente en esos años. Lo cual tenía complicado al gobierno de Dwight Eisenhower, que estaba tratando de generar proyectos para el uso pacífico de la energía atómica. Incluso había organizado una campaña pública llamada “Atoms for Peace” (Átomos por la paz) para cambiar esta visión negativa de la energía atómica. Pero, para lograrlo, necesitaba que hubiese un comunicador nato que pudiera explicar esto a la gente de manera sencilla, confiable y creíble. Por suerte había una persona que cumplía con esos requisitos: Walt Disney.

El Tio Walt Disney en su versión amigable

El Tio Walt Disney en su versión amigable

La posición procapitalista, anticomunista y americanista de Disney era por todos conocida: desde la huelga de sus estudios en la década de 1940 (que merece una nota otro día), Walt era un febril cazador de rojos, colaborando activamente con el Comité de Actividades Antiamericanas en el período de caza de brujas y formando parte de la Motion Picture Alliance for the Preservation of American Ideals, uno de los principales grupos de presión conservadores dentro de la industria cinematográfica. Además era un gran comunicador, dispuesto a arriesgar en medios poco explorados… como en esos años pasaba con la televisión, por ejemplo. Sus documentales sobre la naturaleza y la Ciencia eran un ejemplo de claridad y comprensión, explicando claramente a un público lego temas complejos.

El tío Walt en su versión no tan amigable: denunciando rojos ante el Comité de Actividades Anti Americanas

El tío Walt en su versión no tan amigable: denunciando rojos ante el Comité de Actividades Anti Americanas

Además Disney era un convencido que la ciencia podía hacer un mundo mejor, si se aplicaba adecuadamente. Su visión de una sociedad ideal era la de un capitalismo amable, que ofrecía seguridades materiales a todas las personas y lugares para vivir cada vez más limpios, seguros y saludables. En ese sentido su visión era más “pro” que “anti”: creía que el capitalismo triunfaría sobre el socialismo demostrando que generaba mejores condiciones de vida para los hombres. Y para conseguir eso, aprovechar los avances científicos era de suma importancia. Como, por ejemplo, la energía atómica, una fuente de energía que se vislumbraba más duradera y poderosa y menos contaminante que las energías tradicionales.

afiche del programa Atoms for peace

afiche del programa Atoms for peace

 Walt Disney decidió apoyar completamente el programa “Atoms for Peace” del presidente Eisenhower. Para realizarlo, necesitaba el apoyo de consultores científicos que pudieran ayudarlo a explicar de manera sencilla y comprensible para el público lego el proceso atómico. Por suerte ya tenía a ese consultor: el doctor Heinz Haber.

Heinz Haber, físico aleman , ex-nazi, moderno divulgador.

Heinz Haber, físico aleman , ex-nazi, moderno divulgador.

Haber era un doctor en física alemán que, durante la guerra, hizo trabajos científicos para la Luftwaffe (la fuerza aérea alemana). Una de las cosas que desarrolló fue un espectógrafo. Otra cosa que también hizo (al menos eso se dice) fue usar prisioneros de los campos de concentración de Dachau para experimentar sobre los efectos del vuelo en las personas. Cosas como los cambios de presión, los efectos gravitatorios, etcétera. Desde ya los prisioneros sobre los que se experimentaban terminaban habitualmente muertos y disecados en nombre de la Ciencia. Obviamente, esto nunca fue óbice para que Haber fuera uno de los científicos que la Operación Paperclip permitió emigrar a Norteamérica para participar en el desarrollo científico yanqui como inocentes profesores alemanes que nunca habían hecho nada más grave que hacer investigaciones teóricas. Para la década de 1950 trabajaba en la universidad de California y se había convertido, junto con Werner von Braun y Willi Ley, en uno de los más interesantes divulgadores científicos de la época. De hecho ya había colaborado con Disney en un documental sobre la conquista espacial que había sido muy exitoso.

Eisenhower visitando una instalación atómica, de esas que tenía preocupada a la gente y a la que le venía bien calmar con un especial del tío Walt

Eisenhower visitando una instalación atómica, de esas que tenía preocupada a la gente y a la que le venía bien calmar con un especial del tío Walt

Por este motivo, Haber fue el encargado de escribir un libro sobre cómo cómo la ciencia había desentrañado los misterios de la energía atómica. Editado por la Western Publishing –que desde hacía años tenía una muy fuerte relación con Disney, publicando por ejemplo todos sus comics –, el libro de haber estaba profusamente ilustrado por muchos artistas de Disney, con un estilo muy moderno que se complementaba admirablemente con el ágil relato de Haber. Pero el producto daba para más y Walt decidió hacer otro especial televisivo versionando el libro. Ambos funcionaban simbióticamente, aportando uno datos que el otro dejaba fuera y persiguiendo ambos el mismo fin. Dirigido por Hamilton Luske, un veterano animador de los estudios Disney y estrenado el 23 de enero de 1957 dentro del programa Disneyland, Our Friend the Atom (o Nuestro Amigo el Atomo como lo conocimos en español) se convertía en un éxito de público y crítica.

Continuará…