Los satánicos (1958)

Autor: “Tom Argo” (seudónimo de Tomás Argüello)

Colección: Espacio – El Mundo Futuro nº 124

Edita: Toray, Barcelona, 1958

Primero que nada, olvídense de cosas como astronomía o biología acà. Hay que aceptar que hay un planeta desconocido cerca de Neptuno que lo oculta una niebla en medio del espacio. O que el planeta es un infierno ardiente estando a distancias enormes del Sol. O que en ese lugar infernal del calor, los astronautas se asoman así sin más, respirando algo que les licua los órganos convirtiéndose en unos globos incubadores de… algo monstruoso. Y que, una vez detectado eso, no se tomen las medidas de cuarentenas obvias sino que se los revise cual si fuera un resfrió.

Así que, si deciden olvidarse de verosimilitudes científicas más o menos obvias, se van a encontrar con una historia medianamente entretenida, pero con un par de escenas genuinamente terroríficas. Como la joven a la que en medio de un beso en una pista de baile, se le desprende la cabeza para estallar con criaturas afiladas. Una escena que bien podría aparecer en Alien. O el final con el científico mayor transformado ante los ojos de su colega (y protagonista del relato) mientras en cualquier momento llega el resto de la familia. Solo por las dos o tres escenas de este tipo que está novela vale la pena leerse.

Por cierto, el autor era periodista deportivo y escribìa bolsilibros para hacer unas pesetas extra.

Una historia muy inverosímil que se salva por estas dos o tres escenas macabras.

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